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¡Innopasion Extrema!

¿Dónde hay que estar en las Redes Sociales?

Un interrogante de lo más periodístico, y que se suele plantear siempre cuando el tema a tratar son las Redes Sociales. Una pregunta que alguna vez nos hemos hecho todos e, incluso, una duda que surge de forma colateral, sobre si estamos en las que deberíamos estar.
Y es que, a la profusión de redes sociales hay que añadirle el fenómeno de dispersión tan propio de Internet; seguro que hay una red social por ahí en la que nuestra membresía podría resultar, incluso, esencial para esa comunidad o para uno mismo; pero, como vamos a ver, estamos simplemente replicando el mundo de los átomos en el mundo de los bits.
Apartando de inicio el fenómeno Twitter y su modelo de microblogging, y centrándonos por una vez en la situación actual en España, parece que “todos” estamos en Facebook desde una perspectiva más personal, que en lo profesional nos dividimos, o nos duplicamos en LinkedIn y en Xing, que los jóvenes tienen su entorno en Tuenti y en Badoo, que estos y algo más mayores se están incorporando en Taringa, y que todo aquel que tiene algo que mostrar al mundo está en MySpace.
Al conjunto de Redes Sociales horizontales tenemos que añadirles las especializadas, las Redes Sociales verticales, y en este ámbito también las públicas y las privadas. Y es que allá donde un grupo de personas compartan un interés común brotará una red social. En esta época, es lo suyo.
Nuestra forma tradicional de relacionarnos como seres humanos, intenta seguir las mismas pautas en el mundo virtual, por eso no debería llamarnos la atención si son pocos o muchos los sitios donde hay que estar… lo ideal sería lograr que en el mundo virtual estemos donde libremente queramos estar, algo que no ocurre siempre en la realidad física social que nos hemos construido.
Pensemos en los Círculos de Relación que han ido surgiendo de forma natural alrededor nuestra, como individuos socialmente activos, desde que empezamos a relacionarnos con los demás. Cada círculo está compuesto por un conjunto de personas agrupadas de acuerdo con la tipología de la relación que mantienen con nosotros.
Para ser coherentes con esta realidad que hemos construido, debemos olvidarnos por un momento y eliminar la existencia de Internet; tampoco hace tanto tiempo que nuestros hábitos se han visto afectados por la red de redes, así que no nos será muy difícil ubicarnos en un momento temporal A.I. (Antes de Internet).
En el esquema siguiente, hemos ubicado nuestros círculos de relación alrededor de nuestro propio yo, y en dependencia del nivel de confianza que otorgamos al grupo como tal y la frecuencia (nivel de interacción) con la que nos relacionamos con ellos.
Se trata de un ejemplo genérico de aplicación al concepto grupal, aplicando el factor de pertenencia en modo simple, es decir, el hecho de ser un amigo de mi amigo le permite obtener ya algo de confianza por mi parte, el hecho de trabajar en la misma empresa, de practicar junto conmigo el mismo deporte, etc. (Mayor/menos confianza media de grupo).
Merece una muy especial atención el Círculo de Influenciadores, como aquellas personas que no conocemos prácticamente de nada y que, por alguna razón, le otorgamos un nivel de confianza extremo (políticos, periodistas, famosos, etc.), pero esto es objeto de otro estudio en el ámbito de la Social Media.
En cualquier caso, las circunstancias personales de cada uno son las que mandan, y, precisamente por ello, si tu construyeras este mapa de Círculos de Relación, lo más natural será que las ubicaciones de los mismos sean diferentes a las del ejemplo.
Manteniéndonos aún en la era A.I.(aún no existe Internet), observemos también los Círculos de Realización, como comunidad de personas agrupadas por el tipo de realización individual que se produce en el conjunto. En este caso, y a diferencia de los Círculos de Relación, cada círculo ha surgido de forma regulada por el sistema social establecido, en el ámbito de lo que se suele llamar un país desarrollado. 
La dinámica de la realización de un individuo en los conjuntos anteriores, se produce en la forma en que se relaciona con el resto de los elementos de cada círculo, así como que las interacciones se efectúan de la misma manera que en los Círculos de Relación. Sin embargo, la pertenencia a los Círculos de Realización se produce, en muchos casos, de forma independiente al deseo personal del individuo, si lo que se persigue es desarrollarse socialmente.
Esta visión nos permite observar alrededor de 30 círculos distintos para una persona socialmente activa en la vida real, sin la presencia de Internet, en los que actúa de forma muy diversa y para los que tiene capacidad de prestar su atención. Si hiciéramos de cada uno de ellos una Red Social, ¿estaríamos en más redes de las que estamos actualmente?

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